LA TIERRA Y LA SOMBRA...

La tierra y la sombra es una película dramática colombiana, escrita y dirigida por César Augusto Acevedo, premiada en el festival de Cannes de 2015 con la Caméra d'or,el premio Révélation France  y SACD en el marco de la semana internacional de la critica. Es la 10ª película realizada por la empresa productora colombiana Burning Blue, que con esta película se presentaba por cuarta vez consecutiva en el Festival de Cine de Cannes, siendo punta de lanza en la internacionalización del cine colombiano. 

es un filme que no decepciona. O más bien si. Pero no por su calidad técnica, su historia o su contenido. Decepciona por el país que muestra, por una soledad y una tristeza que abunda en la pantalla de principio a fin. Una crisis social que es parte de la realidad de Colombia y que el director logra plasmar con detalles que asfixian.
Porque muestra a un Estado ausente, que no puede responder por la salud de sus habitantes. Un jefe ausente, por igual, de la industria de la caña que trata como le place a sus trabajadores, quienes no tienen derechos ni la posibilidad de reclamación, ni un contrato fijo y la desdicha de partir cuando al primero se le de la gana. Una explotación industrial que no tiene un seguimiento e intervenciones sociales de ningún tipo.
Todo esto, junto a la historia de una familia unida por el amor y la necesidad.
Alfonso (Haimer Leal), un campesino de la zona, regresa a su casa después de muchos años y descubre que nada es como una vez lo conoció. Su finquita es la única que se ve y su familia, la que queda y se mantiene, sufre las consecuencias de la explotación de la caña de azúcar en la zona.
Su hijo Gerardo (Edison Raigosa) está enfermo. Casi agonizando. Apenas puede respirar y debe mantenerse encerrado, porque el polvo y la ceniza que produce la quema de caña afectan sus pulmones. Su esposa Esperanza (Marleyda Soto) lo obliga a llamar a su padre, para que les ayude a encontrar soluciones a esta complicada situación. Porque ella se siente sola. Esta con su hijo Manuel (José Felipe Cárdenas) y viven en la casa de su suegra, doña Alicia (Hilda Ruiz), quien es la que retiene a Gerardo a no irse de la zona.
El regreso de Alfonso no es precisamente un alivio para Alicia con quien la relación se deterioró. Es entonces el momento para esta familia de tomar decisiones sobre su futuro, intentar encontrar un equilibrio y decidir si van a salir de la zona que es su hogar pero les hace tanto daño.
El proyecto de La Tierra y la Sombra tomó ocho años en desarrollarse. Para el director, habla sobre la identidad propia, sobre su vida en el Valle del Cauca, la mayor zona de explotación de caña de azúcar en Colombia.

Tal vez por eso se siente tan personal. El filme se desarrolla a través de los sentimientos de los protagonistas, que apenas hablan. Sus actitudes y sus actos casi milimétricos, juegan en la pantalla como si presenciáramos una obra de teatro de planos (en)cerrados, estáticos y lentos en su desarrollo. Una cámara lenta que nos muestra el día a día de este sufrimiento ajeno.

TOMADO DE: http://www.cinebaguette.com/2015/06/08/la-asfixia-de-la-tierra-y-la-sombra-cesar-augusto-acevedo-critica/

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